Tus equipos te engañan
Te levantas temprano, te da tiempo a tomar café y ya te está rondando la cabeza.
Coges el coche en dirección a la oficina.
Ya no puedes hacer otra cosa que pensar en ello.
¡Joder!, ¿tan difícil es hacer software?
Ganas te dan de ¡ponerte tú a hacerlo!
Sientes el peso en tus hombros, la ansiedad crece y lo has probado casi todo.
En el fondo sabes lo que está pasando. Tus equipos te están engañando.
No es algo personal, es tan solo un mecanismo de defensa que el ser humano ha desarrollado a lo largo de miles de años de evolución.
Las personas intentan siempre trabajar lo menos posible. Esto es así.
Y no es bueno para ti.
Atiende,
¿a ver si te suena esto?
Vas mendigando por los departamentos a ver cómo va lo tuyo.
Rezas a la virgen para que las entregas no tengan muchos fallos y el cliente no te quiera asesinar, ¡o peor aún!, que por enésima vez vuelva a quejarse.
Te aterran los altos costes generados por tanta ineficiencia.
Sabes que los plazos de entrega no se cumplen e inflas el margen para intentar llegar a tiempo, aunque sea ¡una mísera vez!
A estas alturas no quieres pensarlo, pero sabes que están ahí. Calidad de código, deuda técnica, seguridad, vulnerabilidades
Olvídate de poder comparar entre varios equipos, proveedores y demás. Bastante tienes con llegar a tiempo y sin muchos fallos con un solo equipo.